Japón teme la politización de su sanidad: lecciones para España
Papel trascendental de los estudios tipo Proyecto Venturi para evitarlo

En la búsqueda de respuestas para comprender y mejorar nuestro sistema sanitario, no basta con mirarnos al espejo de los datos propios. El análisis riguroso es imprescindible, pero insuficiente si queremos entender las raíces profundas de los problemas y encontrar caminos sólidos de solución. Qué mejor manera de empezar este análisis que mirando al país del sol naciente
El punto de partida de esta reflexión es un artículo publicado en The Lancet en septiembre de 2025: “Health insurance system in Japan faces risk of politicization”, que advertía de algo inédito: el temor en Japón a que su sistema sanitario universal se convierta en un arma de confrontación política. Una inquietud llamativa en un país que, hasta ahora, había mantenido su sanidad como un terreno alejado de la polarización electoral.
El temor japonés
Japón disfruta desde 1961 de un sistema universal financiado por cotizaciones sociales, con un copago del 30 % limitado por renta y edad. El acceso es rápido y prácticamente sin listas de espera, lo que lo distingue de la experiencia europea.
El riesgo actual surge de tres factores:
- Un envejecimiento acelerado: más del 30 % de la población supera los 65 años.
- Menos población activa para sostener el sistema con cotizaciones.
- La entrada del seguro médico en el debate electoral, con promesas de corto alcance que pueden desplazar discusiones estructurales.
De ahí la advertencia de The Lancet: la politización podría erosionar la confianza ciudadana y comprometer la sostenibilidad de un sistema hasta ahora ejemplar.
España: el espejo de lo que Japón teme
En España, lo que en Japón se plantea como un riesgo es ya un hecho consumado. La sanidad se ha convertido en un terreno de confrontación partidista permanente. El resultado es claro:
- Ausencia de reformas estructurales sostenidas.
- Parcheo constante y variabilidad territorial.
- Desgaste de profesionales y pérdida de confianza ciudadana.
La confrontación público vs privado domina un debate que le cuesta centrarse en lo esencial: la capacidad real de respuesta del sistema.
Política y técnica: el equilibrio japonés
El contraste con Japón es significativo. Allí existe debate social y político, como corresponde en democracia, pero no se ha traducido —al menos hasta ahora— en una lucha electoral destructiva. Las reformas relevantes se apoyan en bases técnicas y tecnológicas que garantizan objetividad y continuidad:
- Uso sistemático de datos de actividad y demanda para medir demanda y gasto real.
- Estudios sobre disparidades territoriales en recursos médicos y de cuidados.
- Evaluación de eficiencia hospitalaria, incluyendo reducción de camas redundantes.
- Investigaciones sobre barreras en atención primaria y accesibilidad y equidad.
- Revisión de diferencias urbanas y rurales en calidad de atención, siguiendo marcos como el modelo de Donabedian.
No se trata de ausencia de política, sino de un equilibrio: decisión política sobre una base empírica sólida, que permite continuidad más allá de los cambios de gobierno.
El rol trascendental de los estudios
Aquí radica lo más interesante: los estudios que Japón utiliza como soporte de sus políticas sanitarias son muy similares a los que impulsa el Proyecto Venturi en España.
Ambos enfoques comparten:
- Medición de la demanda real y no solo la percibida.
- Análisis regional de desigualdades y variabilidad en el acceso.
- Evaluación de capacidad estructural, más allá de las listas de espera.
- Orientación a la evidencia empírica, que da objetividad al debate político.
En Japón, estos estudios han servido de base para definir planes quinquenales, reorganizar recursos hospitalarios, digitalizar servicios y diseñar políticas de acceso equitativo. En Venturi, los mismos principios se aplican para analizar la presión asistencial, la capacidad quirúrgica o las dinámicas de demanda no resuelta en España.
La coincidencia metodológica no es casual: confirma que el futuro de las políticas sanitarias sólidas depende de contar con análisis empíricos rigurosos que trascienden el ciclo electoral.
Conclusión (y lección aprendida)
Japón teme que su sanidad pueda entrar en la espiral de confrontación política que ya padecemos en España. Pero su gran fortaleza es que las políticas descansan sobre estudios técnicos con continuidad institucional, lo que refuerza la objetividad y la sostenibilidad.
La coincidencia con el Proyecto Venturi es clara: los mismos métodos que guían las políticas japonesas son los que usamos para diagnosticar, comparar y proponer soluciones en nuestro entorno. Esa base común da trascendencia al trabajo de Venturi y demuestra que el equilibrio entre política y técnica no solo es deseable: es la única vía para asegurar el futuro de los sistemas sanitarios.
🔗 Referencias
- The Lancet, “Health insurance system in Japan faces risk of politicization”, septiembre 2025.
- Kyodo News, Japan’s gold standard health insurance system at politicization risk, 2025.
- Yukio Sakurai, The Political Process Involved in Formulating Healthcare Policy in Japan…, The Rest Journal, 2025.
- Teruyuki Katori, Japan’s healthcare delivery system: From its historical evolution to the challenges of a super-aged society, 2024.
- Kusunoki et al., Distribution structure of medical and care resources in Japan, BMC Health Services Research, 2024.
- Rural and urban disparities in access and quality of healthcare in Japan: a scoping review, BMC Health Services Research, 2025.
- World Economic Forum, How Japan is building a resilient society through equitable healthcare, 2025.
Tambien más información en la Memoria del Proyecto Venturi 2020-2025
